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martes, 4 de junio de 2013

Mitos y leyendas de San Luis Potosí: Abrieron una puerta del infierno



ABRIERON UNA DE LAS PUERTAS DEL INFIERNO
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Leyenda de Villa Juárez, SLP
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Bien sabemos que muchas anécdotas pueden convertirse en leyendas con el paso del tiempo, y más, si hay un acontecimiento trágico implícito. Cuando existen testimonios del suceso, se registra por lo menos una versión oficial, pero la voz popular, tarde o temprano, enriquece la historia a su manera para hacerla más dramática y convertrila en leyenda.
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Un mal día de noviembre de 1972, en el municipio de Villa Juárez ocurrió una de las peores catástrofes jamás registradas en la historia del estado. Cuando el mineral de azufre, Guaxcamá, estaba en pleno apogeo de producción, una tarde explotó. Cuentan que era sábado y había una boda muy concurrida en el poblado. Muchos mineros disfrutaban del convite, pero al parecer los del turno vespertino se encontraban laborando dentro de la mina. Al momento del terrible accidente, toda la gente en el exterior alcanzó a huir, pero de los trabajadores que se hallaban en el interior nada se supo; nadie se atrevió a meterse a los socavones, ya que cualquier labor de rescate hubiera resultado prácticamente imposible.
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El pueblo de Guaxcamá no era pintoresco, pues fue construido en la década de los años 50’s del siglo pasado, con arquitectura moderna para la época; existían casas, oficinas, almacenes, una plaza, una iglesia, una escuela y una cancha deportiva. Algo muy extraño es que el fuego abrasó el suelo al grado de derretirlo, sin embargo, las construcciones sufrieron pocos daños y quedaron marcadas en grado mínimo por las llamas, aunque en la actualidad se encuentran en ruinas por el abandono.
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Son muchas las versiones del motivo de la explosión de la mina. El veredicto oficial señaló que fue debido a un corto circuito, mientras que otras fuentes echaron la culpa a unos mineros desprevenidos que al parecer prendieron una antorcha donde había gases acumulados. Lo cierto es que durante varios meses, según testimonios de vecinos de la ex hacienda de Guascamán, de Villa Juárez e incluso de Cerritos, el fuego que salía de la boca de la mina podía verse a varios kilómetros de distancia.
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Sin embargo, una de las versiones con mayores matices de leyenda dice que los mineros habían estado excavando en profundidades insospechadas y tuvieron miedo de seguir, pues las rocas sonaban huecas, no eran sólidas y, además, se percibía un olor mucho más fétido que el azufre. Era viernes y al terminar su turno, los trabajadores explicaron a los ingenieros que tenían un mal presentimiento y que sería mejor continuar por otro socavón.
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Pero los jefes no aceptaron excusas; argumentaron que requerían mayores cantidades de azufre porque la compañía había ordenado incrementar la producción. Entonces, obligaron a los trabajadores del turno vespertino de aquel sábado aciago a que avanzaran con las labores de extracción. Sólo algunos mineros se negaron a bajar a ese punto e incluso amenazaron con ponerse en huelga –ellos fueron los que vivieron para contar la tragedia y dar su versión de los hechos. Según esto, al momento en que los compañeros que andaban en las profundidades de la tierra y le pegaron con el pico a una roca muy blanda, se abrió una de las puertas del infierno y en ese mismo instante la catástrofe empezó.
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Esta leyenda fue publicada en el libro Mitos, relatos y leyendas del estado de San Luis Potosí, por la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado y Secretaría de Cultura. San Luis Potosí. 2007.
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Algo más sobre Guaxcamá
Todo mundo ha oído decir que Real de Catorce es un pueblo “fantasma”, pero muy poca gente sabe que en la Región Media de San Luis Potosí existe un lugar verdaderamente fantasma. Se llama Guaxcamá y fue un mineral de azufre, en el municipio de Villa Juárez. Es tan fantasmal, que ahí ni siquiera corre el aire en este mes de ventiscas. ¿Te gustaría conocerlo?

Durante sus años de esplendor, Guaxcamá creció como una villa con arquitectura de los años 50 del siglo pasado, pero dejó de existir por causa de una explosión adentro de los socavones. Hoy en día no hay nada, excepto construcciones abandonadas, ruinas, un enorme cráter de mina y suelos fundidos por un incendio apocalíptico. Éstos, de color gris-blancuzco, nos hacen imaginar cómo es la superficie de la luna: inhóspita, desprovista de vegetación; solitaria.


Guaxcama se localiza a 3 km de la ex hacienda Guascamán y ésta a 14 km de Villa Juárez, por un camino pavimentado.