La casa
del ahorcado
Leyenda de Linares,
N.L.
Allá por la calle [General] Anaya, enfrente de
donde está un depósito, antes había una casa abandonada. Ahí se ahorcó un
señor hace un chorretal de años.
Yo
pasaba por ahí y había veces que veía un foco prendido, y otras veces no. ¿Qué
sería? Una casa abandonada no tiene luz, no tiene gente; la luz se la cortan
después de un mes de no pagar, etcétera. Pero pasábamos y el foco estaba
prendido. De curiosos nos asomábamos por la ventana y no veíamos movimiento ahí
adentro. Quien quite y fuera un falso contacto, pero lo raro es que ni siquiera
había medidor en la casa ésa...
El asunto es que
ahí se ahorcó un señor. Pero, según esto, cuando esa persona compró esa casa, o
la rentaba –quién sabe–, él y su familia la arreglaron, pues estaba bien
fregada por dentro. Luego ya estaban viviendo ahí y parece que el señor quería
sembrar un limón y se puso a escarbar en el patio trasero y parece que se
encontraron un ataúd. Total, se asustaron y todo, pero lo sacaron y le avisaron
a la poli, y si mal no recuerdo se lo llevaron al panteón.
Pero a partir de
que sacaron ese ataúd la cosa se puso fea. Se oían ruidos, se movían cosas, los
hijos de esas gentes se despertaban asustados a media noche; en fin, estaba del
carajo. Y lo peor fue que el señor ése se empezó a deprimir. Ya no salía, se
echaba sus tragos y estaba como ido todo el tiempo, hasta que... hasta que una
vez amaneció ahorcado. Qué gacho, ¿no? Imagínate la tragedia para la familia.
Pero bueno, al poco tiempo se cambiaron, pero la pena no se la quitaron tan
fácil, ¿no crees?
Total.
Según platicaban antes, cuando sacaron el ataúd se salió un espíritu chocarrero
que hizo que el pobre hombre se matara, y desde entonces nadie habita esa casa.
Pos ¿quién le va a entrar, si la cosa está así de fea?