EL TESORO DE OCHO SACOS EN EL VOLCÁN
Leyenda colimense escuchada en Comala,
Colima
Acá del lado del
volcán hay muchos lugares misteriosos, pero nosotros sabemos de un tesoro muy
grande que está compuesto de ocho sacos –anticipa el Sr. Nicasio, que vende
fruta en la plaza de Comalá–. El tesoro está dividido en dos partes: una está
en un lugar que le dicen «Salsipuedes» y la otra, en El Zapotal. Cuatro sacos
están adentro de una cueva y otros cuatro están adentro de un árbol hueco. Dicen
que ese árbol hueco habla y los que dicen que lo han oído hablar dicen que la
voz misteriosa les dice que ahí está el tesoro. En la cueva también hay una voz
que dice lo mismo, que ahí está el tesoro. Es la misma voz para los dos tesoros
porque, como le digo, esos dos tesoros es uno solo pero dividido en dos partes.
[...] Ah, bueno, lo
del árbol hueco también es un misterio porque dicen que no es así un árbol que
se le vea el agujero, sino que está hueco por dentro y completo por fuera. O
sea que por eso no es fácil dar con él; no es fácil saber cuál árbol es.
Entonces lo que
cuentan es que la voz de ese espíritu pide que vayan cuatro personas para que
entre los cuatro puedan sacar el tesoro. A una señora de por aquí, la voz –el
espíritu ése– la aceptó y le pidió que llevara a tres personas más. La señora
ha llevado a muchísima gente y por quién sabe cuántos motivos el espíritu no
los acepta, los rechaza. Con decirle que hasta muchos se desmayan con la pura
impresión de escuchar una voz fantasmal, de ultratumba. (Leyenda recopilada por Homero Adame.)
Pero eso no es todo:
según esto, hay que pasar varias pruebas antes de poder sacar el tesoro. Una de
ellas es un toro fantasma que se aparece y entre las cuatro personas tienen que
dominarlo. Esa prueba está fácil porque luego viene una serpiente que es
horrible y aunque sea fantasma comoquiera mata de susto porque, yo me imagino,
no puede picar ni tiene veneno.
La señora consiguió
a otra persona que llevó allá y después de pasar otras pruebas el espíritu la
aceptó, o sea que ya van dos y faltan otras dos personas para que entre las
cuatro puedan sacar ese dinero, esos ocho sacos en el volcán. (Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame.)
La verdad no sabemos
desde cuándo está ese tesoro ahí, quién sabe si sea de la época de la guerra
cristera o de más antes, porque por este rumbo se sabe que hubo muchos ladrones
y asaltaban y escondían el dinero en cuevas o lo enterraban en lugares donde
sólo ellos supieron y nadie los ha podido encontrar. De seguro a esos ladrones
los mataron tarde o temprano y ellos se llevaron a la tumba el secreto del
lugar en donde habían escondido el dinero. Pero lo que sí sabemos es que en
este caso son ocho sacos repletos de monedas de puro oro.
Nota: la foto del
volcán visto desde la laguna Carrizalillos es de Emmanuel Oseguera y fue tomada
de México desconocido. Que el enlace sirva de
crédito y agradecimiento a ambos.
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