La casa de los duendes en Villahermosa
Se cuenta en Villahermosa, la vibrante capital de Tabasco, que entre las construcciones antiguas del centro histórico aún subsiste una casona marcada por un halo de misterio. A simple vista es sólo una casa más, pero quienes conocen la tradición oral del lugar saben que sus muros guardan una leyenda: la de los duendes que llegaron desde lo profundo del monte para establecerse allí.
Dicen los abuelos que, hace ya muchas décadas, una familia de buenas costumbres habitaba la casona. Una noche, tras una tormenta, comenzaron a escucharse risillas y pasos veloces por los corredores. No eran ladrones ni fantasmas: eran duendes —criaturas pequeñas, de naturaleza traviesa pero también afectuosa. Al ver que la familia los trataba con respeto y les ofrecía alimento, sobre todo leche tibia con miel, los duendes decidieron quedarse. Con el tiempo, crearon un vínculo afectivo con los moradores, ayudando en las labores de limpieza, cuidando la casa cuando estaba sola, e incluso ahuyentando a otros seres invisibles que no tenían buenas intenciones.
Cuando aquella familia se mudó o partió al más allá, los duendes, fieles a su morada, no se marcharon. Así comenzó una historia cíclica: cada nueva familia que llegaba con entusiasmo, ignorante de las reglas mágicas, se enfrentaba a ruidos inexplicables, objetos movidos de su lugar y murmullos en lenguas extrañas. Si el trato con los duendes no era respetuoso —si no se les hablaba con cortesía o se les negaba alimento— ellos respondían con travesuras que rayaban en la desesperación. Cortinas que se abrían solas, ropa perdida, susurros nocturnos y hasta sombras fugaces que aparecían en espejos eran solo algunas de las manifestaciones. Las familias, hasrtas y asustadas, abandonaban la casa que más adelante se volvía a rentar o vender y se repetía el ciclo.
Sabiduría rural sobre los duendes
En las comunidades rurales de Tabasco, la presencia de duendes no es motivo de miedo, sino de cuidado. Según los conocedores del monte, estos seres son guardianes territoriales y protectores del equilibrio. Se dice que su apariencia recuerda a la de un niño como de cinco o seis años, con cabello largo y desordenado, barba abundante y vestimenta color tierra —como si estuvieran hechos del barro y la hojarasca misma. Habitan cerca de ceibas, riachuelos y lugares alejados del bullicio humano.
Los rituales de convivencia son claros: se les debe saludar al entrar a casa, dejarles leche tibia al atardecer y jamás ofenderlos con malas palabras. Si se respetan estas normas, los duendes pueden convertirse en aliados silenciosos, cuidando a los niños, paseando a las mascotas, alejando el mal y alertando con señales cuando hay peligro cercano.
Nota: el dibujo fue tomado de Luz777 en Pinterest. Que el enlace sirva de crédito a su autor(a).
===================
¿Buscas más historias de seres sobrenaturales? En Amazon hay libros de Homero Adame con el tema de mitología, leyendas y tradición oral de varias partes de México. Sigue el enlace para acceder a la colección:
Biblioteca Homero Adame : mitos y leyendas mexicanas
O bien, ve directamente a una de sus obras más recientes:
Mitos y leyendas del norte de México

No hay comentarios.:
Publicar un comentario