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martes, 2 de abril de 2024

Leyenda de Tlayacapan, Morelos: la virgen del Tránsito

En Tlayacapan, Morelos una pequeña ciudad cerca de Tepoztlán, que es famosa por su convento agustino del siglo XVI y por las peregrinaciones a la virgen del Tránsito, cuentan una leyenda colonial que concierne a dicha virgen, pues, según tal leyenda, un día ella decidió dejar su hogar original en Tepoztlán y fue a buscar un nuevo hogar en otro pueblo, en Tlayacapan.


Se dice que la virgen del Tránsito era la patrona de Tepoztlán y que un día los tepoztecos la llevaron a Tlayacapan porque la imagen estaba en mal estado por causa de las lluvias y porque había un artesano de Tlayacapan que sabía restaurar ese tipo de figuras religiosas. La imagen pronto quedó como nueva y los tepoztecos emprendieron el viaje para llevarla de regreso a casa, pero los sorprendió la noche en el camino y les fue necesario pernoctar a la intemperie bajo las estrellas. Cuál no habrá sido su consternación cuando despertaron a la mañana siguiente y descubrieron que la imagen había desaparecido, como si se hubiera esfumado en el aire porque no había huellas ni rastro de ella. Sospecharon que los habitantes de Tlayacapan, envidiosos de tan bella imagen, se la habían robado mientras todos dormían.

Regresaron a Tlayacapan y... ¡allí estaba la escultura! Los tepoztecos estaban furiosos y amenazaron a sus vecinos con la guerra si intentaban robar de nuevo la imagen de su amada virgen. Los tlayacapanenses no sabían qué decir. Nadie podía explicarse cómo había regresado sola la figura. Leyenda escrita por Homero Adame y encontrada en uno de sus blogs.

Los tepoztecos partieron de nuevo para llevarse la imagen a casa, a Tepoztlán. En aquellos años era un trayecto muy largo, así que, por supuesto, tuvieron que acampar de nuevo en algún paraje de montaña. Esta vez, sin embargo, decidieron dejar a alguien de guardia toda la noche. Pero en la mañana descubrieron que la figura había vuelto a desaparecer y el vigilante mismo no podía explicar cómo había desaparecido porque juró haber estado en vela toda la noche.

Los tepoztecos, ahora muy enfadados, vieron unas pequeñas huellas y decidieron seguirlas. Y, por supuesto, el rastro conducía directamente a... ¡Tlayacapan! Sin embargo, notaron que había huellas frescas de pies chiquitos alrededor de una poza en el cerro del Tlatoani, como si la virgen se hubiera detenido recientemente a beber agua allí, descansar o refrescarse... El enojo de los habitantes de Tepostlán se convirtió en incredulidad ante el descubrimiento, pues se dieron cuenta de que nadie había robado la estatua, sino que ella misma había regresado a Tlayacapan por su propio pie. Esta vez no se sorprendieron en lo más mínimo encontrar a la virgen de nuevo en el convento, donde estuvo por muchos años hasta que levantaron su propia capilla por tratarse de una imagen muy venerada. Leyenda escrita por Homero Adame y encontrada en uno de sus blogs.


Al final no hubo guerra ni nada entre ambos pueblos. Al contrario, desde aquel día, la gente de Tepoztlán hace peregrinaciones especiales a Tlayacapan ¡para honrar a su propia patrona!" dentro del marco de Semana Santa cuando cientos de peregrinos de otras partes van también a venerar a tan milagrosa imagen.

Nota: la fotografía de la virgen fue tomada de la página de Facebook Fiestas de los pueblos y barrios de la cuenca de México, mientras que la del convento de San Juan Bautista del blog de Jesús Alcántara. Que los enlaces sirvan de crédito a quienes correspondan.


viernes, 1 de marzo de 2024

Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyendas. Tomo II. De la Independencia a la Revolución


En 1956, Manuel Romero de Terreros, en su libro Antiguas haciendas de México hizo un exhorto sobre la necesidad de realizar un estudio detallado de la arquitectura de las haciendas de campo, dígase propiedad de las órdenes religiosas, o bien, de civiles o cabeceras de mayorazgos. Han transcurrido casi 70 años desde la publicación de aquella obra y lo cierto es que se han hecho pocos estudios al respecto y tampoco se ha trabajado a fondo la historia de las haciendas y menos la historia oral y la tradición oral que perviven en las mismas. Nunca es tarde para hacerlo, sobre todo si tomamos en cuenta que cada vez hay más cascos de haciendas que se van a la ruina y cada vez hay menos ancianos que puedan compartir sus testimonios, sus recuerdos.
En algunos estados, como en San Luis Potosí, hay interés de las delegaciones del INAH para hacer registros de estos monumentos, incluyendo fotografías o bocetos de la arquitectura. En tiempos más recientes, veo con beneplácito que hay interés de investigadores por la parte histórica y cada vez hay más tesis de maestría o doctorado en el tema, mientras que la historia oral y las leyendas siguen relegadas. Sin embargo, cada quien hace lo que puede y, de tal manera, todos juntos contribuimos a rescatar la riqueza cultural de las haciendas. En mi caso particular, debo aclarar que no soy arquitecto ni historiador, que mi formación académica es la arqueología, pero ahora hay quienes me llaman “arqueólogo de la memoria colectiva” por mi interés en la tradición oral y por las publicaciones que he hecho sobre oralidad, ya sea leyendas, relatos y cuentos o historia oral.
Para esta segunda edición de la obra originalmente publicada en 2010, hice una reestructuración de contenido, agregué material inédito para quedar en 25 haciendas de las más de 150 que visité, esas que tuvieron su origen en la época virreinal, pero que se fragmentaron con el México independiente y permitieron el surgimiento de nuevas haciendas, esas que tuvieron un esplendor de 100 años aproximadamente, pues posterior al tiempo de la Revolución se disolvieron con la reforma agraria. (Un primer tomo de este trabajo se titula precisamente Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyendas. Grandes latifundios virreinales.)

Cada capítulo de la obra está estructurado de la siguiente manera:

Ficha informativa general del casco hacendario.
Descripción arquitectónica y las condiciones del casco hasta 2010.
Breve reseña histórica.
Sección de fragmentos de oralidad.
Una o dos leyendas que tienen a la hacienda como escenario.
Fotografías seleccionadas. 

El libro está a la venta en librerías potosinas y de Monterrey.

También está disponible en Amazon para formato impreso: https://www.amazon.com/dp/6072933769

Y en Kindle, para formato electrónico: https://www.amazon.com.mx/dp/B0CTY38TCF


viernes, 2 de febrero de 2024

Mitos, relatos y leyendas de todo San Luis Potosí

 

Dada la riqueza cultural y la diversidad étnica, en el estado de San Luis Potosí se cuentan infinidad de historias muy variadas que abarcan el gran espectro de la mitología y el folklore del mundo entero. No son simples pláticas de fantasmas o aparecidos, de castigos divinos, de tesoros y túneles, de milagros o apariciones de santos y vírgenes, de la creación del mundo, de animales, del ser humano o de creencias en torno al clima y los fenómenos naturales. Son más que eso: tales historias contemplan los arquetipos de teofanías y hierofanías, explican el pensamiento mágico-religioso o las supersticiones, hablan del tiempo mítico, del tiempo profano, del tiempo sagrado, recrean una paradoja temporal, narran hazañas de personajes heroicos –humanos o animales– y, de tal modo, ponen a San Luis Potosí en el contexto de la mitología universal.

El autor de este libro, Homero Adame explica que casi todas las historias seleccionadas no son exclusivas de una ciudad o de un municipio de San Luis Potosí, y ni siquiera de México, ya que muchas se cuentan en diversas partes del mundo, a pesar de tener diferencias de contenido y hablar de contextos geográficos distintos. La mitología y la tradición oral son universales, aunque en muchos casos pueden ser nacionales, regionales o locales. Como ejemplos menciona que las historias de gigantes se cuentan en todo el mundo; las de la Llorona, en todo México; las del Jergas, en centros mineros del país; las de Xantolo, en varios lugares de la Huasteca, y la de la Taconuda, solamente en Cedral.

Esta obra es una versión revisada, corregida, actualizada, mejorada y aumentada de la coedición publicada por las secretarías de Educación y de Cultura del estado de San Luis Potosí en 2007 con el título Mitos, relatos y leyendas del estado de San Luis Potosí. Para esta nueva edición se cambió el diseño, se modificó el título, se conservaron todas las historias a la sazón publicadas y se agregaron algunas nuevas, inéditas.


El libro se puede conseguir en San Luis Potosí, en Librería Ochoa y Librería Española. En Monterrey: en la librería Publi-Arte, en Calzada Vasconcelos de San Pedro Garza García.

También está disponible en Amazon para formato impreso:

https://www.amazon.com/dp/6072949789

Y en Kindle, para formato electrónico:

https://www.amazon.com.mx/dp/B0CV4S78Q9

martes, 2 de enero de 2024

El Señor de Matehuala

 Leyendas de Matehuala, SLP


Cuentan que el Señor de Matehuala venía en un burrito, que la imagen del Cristo la traía cargada un burrito en su caja, pero parece que no estaba destinada para quedarse aquí en Matehuala, sino que iba para otra parte. Sin embargo, el burrito se detuvo aquí en algún punto de Matehuala y no quiso seguir su camino; no había poder humano que lo moviera. Entonces le quitaron la caja de su lomo y el burrito se fue corriendo y nadie lo volvió a ver jamás. No se supo de dónde había venido ni quién lo hubiera enviado. Al abrir la caja encontraron la imagen del Cristo y primero la tuvieron en la capilla del Santo Niño de Atocha, pero dicen que no le gustó allá y se vino él solito a esta iglesia que es ahora la catedral. Entonces el sacerdote de aquel tiempo decidió que ahí se quedara.

En Saltillo cuentan una leyenda de que el Cristo de allá llegó en condiciones similares, en un burrito, e iba con otro destino, pero prefirió quedarse en la que es ahora la catedral de Saltillo. Entonces se cree que aquí adaptaron aquella leyenda para el Señor de Matehuala.

El mero día 6 de enero se celebra al Santo Cristo de Matehuala. Es una fiesta muy animada a la cual viene mucha gente de otras partes del estado, de la república y de los Estados Unidos, principalmente lugareños que han emigrado en busca de una vida mejor. (Leyenda publicada por Homero Adame).

Según algunas versiones, le hacen la fiesta en esa fecha porque es cuando dicen que el Cristo se apareció; eso fue cuando la catedral no existía como tal sino que era una iglesia más humilde y pequeña. La gente de antes contaba que un día 6 de enero se apareció la imagen del Santo Cristo en la puerta de la iglesia, pero no exactamente en la puerta sino más bien en una pared a un lado de la puerta.

Pero no se apareció así grande como está ahora en la cruz del altar. Más bien se dice que se apareció como una figura tipo silueta y al mirarla la gente le hallaba forma y a partir de entonces le empezaron a traer veladoras y flores. Según se cuenta, a más veladoras que le prendían ahí donde estaba la figura, ésta se fue haciendo más grande y agarró el tamaño que ahora tiene. Hay quienes suponen que ese fenómeno fue, quizá, por efecto del tizne. También cuentan que cuando la figura ya estaba grande, cuando iban a tumbar la iglesia vieja para construir la catedral, entonces sacaron la imagen de la pared y la pusieron en la cruz del altar.

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Nota: estas versiones de la leyenda fue publicada en la plaquette “Leyendas del Festival de Desierto” de Homero Adame, por la Secretaría de Cultura del estado de San Luis Potosí, 2005.