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domingo, 7 de marzo de 2021

Anécdota chistosa de un candidato del PRI que perdió

El candidato

(Algún municipio conurbado de Monterrey, N.L.)

 

Una vez que fuimos de vacaciones a Nuevo León, en pleno verano, había campañas electorales. No recuerdo dónde fue, pero un domingo manejamos a Cerralvo, la población más antigua del estado y nos gustó, aunque hay ciudades neoleonesas más ricas en arquitectura colonial. Íbamos de regreso al hotel en Monterrey y pasamos de largo Cadereyta, famosa por sus escobas y sus lloviznados, y más adelante paramos en un pueblo para comprar agua y refrescos que el calor estaba fuere. La plaza estaba hasta el tope de gente; no del paseante dominguero común y corriente, sino de los partidarios de un candidato del PRI que andaba en su cierre de campaña. (Relato encontrado en un blog de Homero Adame.)

Los vitoreos y aplausos eran continuos. Los animadores no dejaban de hablar y gritar arriba en la tarima. Cuando por fin apareció el candidato, las hurras y los chiquiti–bums colmaron el ambiente. El hombre cogió el micrófono e inició su arenga previamente preparada. Con la emoción del momento se puso a improvisar sus últimas palabras. Los vivas y las ovaciones lo animaban cada vez más. Como todo buen cierre de discurso requiere de un punch line eficaz, fuerte y persuasivo, el candidato terminó diciendo: (relato de Homero Adame).

"... y ahí tenemos a los de la oposición, que no saben ni tienen experiencia para gobernar. Por eso a ustedes yo les digo: ¡más vale ratero por conocido, que ratero por conocer! Muchas gracias".

 

Cosa curiosa, luego me enteré que perdió las elecciones. 

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