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martes, 5 de agosto de 2025

Dos leyendas de Presa de Guadalupe, Coah.


Estas dos leyendas que se cuentan en la ex hacienda Presa de Guadalupe, al sur del municipio de Saltillo, Coah. fueron publicadas por Homero Adame en el tomo II de su libro Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyendas. De la Independencia a la Revoluución, con material de haciendas del siglo XIX básicamente. La segunda edición de este libro, corregida y aumentada con material añadido, está disponible en Amazon:

https://www.amazon.com/dp/6072933769



sábado, 8 de julio de 2023

Leyendas tamaulipecas: La bola de fuego y otros misterios

Pos aquí se cuentan muchas cosas de la hacienda (de la Meza, en el municipio de Hidalgo, Tamps)), pos como usted se puede dar cuenta, la casa esa ya es muy vieja. Pero mire, que lo que yo le voy a contar es cierto porque a mí me pasó hace muchos años. Y lo recuerdo como si hubiera sido anoche mismo.

Yo antes vivía allá arriba, cerca del caserón viejo. Ya estaba en ruinas. Venía caminando una tarde, ya estaba obscuro; el sol se había metido hacía un buen rato. Iba pasando cerca de la iglesita cuando de pronto que veo como una luz que venía del cielo. (Leyenda publicada por Homero Adame).


Me fijé bien y era como una bola de fuego, así de grandota, y que me asusto, pos venía cayendo y pensé que a lo mejor me daba a mí mero. Pero nada, que la bolota esa se mete a la iglesia, por la parte de atrás allá donde está la cúpula. Y fíjese que no hizo ni ruido cuando cayó. 
Antes todavía la iglesia tenía techo. No, ahora ya está caído. La bola esa se metió por una cosa como chimenea pequeña que hay. Yo me quise asomar por una rendija pa' ver qué era, pero no vi nada.

Les platiqué a mis amigos, pero todos dijeron que yo había andado borracho de seguro, que por eso había asegurado decir lo que vi. Bueno, déjeme decirle, resulta que días después de aquello, andaban unos amigos conmigo y se nos hizo de noche. Yo y otro nos fuimos pa' nuestras casas, pero el otro que andaba con nosotros dijo que él se iba a meter a dormir en la iglesia. Como hacía frío esa noche, y adentro no hacía chiflón, pos este muchacho se metió. Al día siguiente nos platicó que toda la noche sentía que alguien le quitaba el poncho, que le jalaban las botas y que hasta lo pellizcaban. Pero que él creía que éramos uno de nosotros o los dos. Diji que toda la noche nos estuvo diciendo: “Ya no estén jodiendo, déjenme dormir”. (Leyenda tomada de un blog de Homero Adame).

¿A poco cree usted que ese amigo nos creyó cuando le dijimos que nosotros no habíamos estado molestándolo porque estábamos bien recogidos en nuestras casas? No, ¡qué va!, no nos creyó. Pero por Dios santito que ni yo ni el otro fuimos a la iglesia en la noche. Han de haber sido las ánimas que lo molestaban. Y él creía que éramos nosotros.

Nota: esta leyenda fue publicada en mi libro Mitos, cuentos y leyendas. Tradición oral de Nuevo León por Ediciones Castillo, en Monterrey, 1998.


miércoles, 26 de enero de 2022

Los chinos masacrados en Hermosillo

 

La terrible masacre de chinos en Sonora

Mis padres son los dos de Hermosillo y cuando mis abuelos todavía vivían, íbamos allá de vacaciones. Cuando estábamos chicos nos juntábamos con los primos y los amigos del barrio y me acuerdo de que contaban historias de miedo. Una de ellas en lo particular a mí me daba mucho miedo porque era en el centro que yo conocía. Contaban que cuando ya cerraban las tiendas, o sea que ya estaba oscuro, que se oían gemidos, gritos, balazos y llantos y que hasta se veían figuras como que flotaban, así como se dice que flotan los fantasmas. Eso contaban mis primos y muchas historias más. En dos o tres ocasiones que yo fui con mis papás al centro y que se nos hizo tarde me daba un chorro de miedo de que fuéramos a ver eso o escuchar eso que nos contaban -recuerda Armando Salvatierra.


El asunto tiene un trasfondo histórico, aunque de que se vean fantasmas o que se oigan ruidos fantasmales tal vez no sea cierto, pero lo que sí fue cierto es que allá por los años 20 o 30 del siglo pasado, por alguna razón que desconozco hubo una matazón de chinos y estuvieron involucradas las autoridades y mucha gente, o sea que se pusieron de acuerdo y masacraron a los de la comunidad de chinos, y había no solamente chinos en Hermosillo sino también en Sonora, y en Sinaloa y creo que también en Baja California pero no estoy muy seguro. Algo hubo de envidias contra los chinos porque llegaron muchísimos que se establecieron y pusieron sus negocios y les iba bien; eran negocios establecidos no como ahora los puesteros donde venden puras fregaderas traídas de China que no sirven para nada y son puestos callejeros. No, en aquel tiempo allá en Hermosillo los chinos estaban bien organizados y bien establecidos y por alguna razón, yo creo que, por envidia económica, los comerciantes locales se pusieron en contra de ellos y cuando los masacraron pues obviamente se quedaron con los buenos locales independientemente de la mercancía. Y como esos chinos no tenían patria realmente y muchos eran ilegales, pues ni cómo avisarles a los familiares que vivían quién sabe dónde en China. Entonces a todos esos muertos los enterraron en una fosa común y así fue más o menos esa historia, muy horrible la verdad, como son las masacres raciales como las que sucedieron en Europa contra los judíos o más reciente en Siria, pero poco se habla de las que sucedieron aquí en México principalmente contra los chinos, en este caso, y también contra los yaquis y contra otros grupos étnicos.

Y total, esa es una de las historias que recuerdo que contaban mis primos y que me daba miedo y más cuando fui las pocas veces al centro en la tarde-noche y cuando oscurecía me agarraba de la mano de mi mamá porque no quería escuchar esos ruidos, esos llantos, esos fantasmas de los pobres chinos asesinados.

Notas:

1. Los hechos fueron en mayo de 1911. Aquí un artículo al respecto. Campaña antichina

2. La imagen fue tomada de La "olvidada" matanza de chinos en México


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viernes, 29 de enero de 2021

El ahorcado


El ahorcado
Leyenda de San Juan de Vanegas, municipio de Vanegas, SLP


Allá del lado de San Juan platican de un ahorcado que se aparece. Ha de haber sido un ahorcado que colgaron en un mezquite en los años de la Revolución. Yo no sé si se trata de un ahorcado de los revolucionarios, o de los trabajadores de la hacienda o de los hacendados. La cosa es que esa ánima está todavía en pena porque no alcanzó descanso y nunca la llevaron a sepultar a un panteón –cuenta el Sr. Filiberto Rodríguez, de Vanegas de Abajo y se publica en un blog de Homero Adame.
            Los que lo han visto dicen que cuando van caminando por una vereda junto a ese mezquite –todavía existe– escuchan muy clarito la voz del ahorcado; él les dice: “Bájame, bájame de aquí.” Pero al momento que escuchan eso, voltean a ver y miran que sí hay como una sombra de alguien que está colgando del palo. Se acercan y no hay nada. Lo único que sí notan siempre es que en el piso se forma como un círculo de tierra muy curioso donde parece que dejaron tirado el sombrero del ahorcado, habrá sido sombrero grande, tipo zacatecano, porque el círculo formado en la tierra está de este ancho.
            Hace poco platicaron que a una señora se le apareció esa ánima. Y le habló y le dijo lo que le ha dicho a todos: “Bájame, bájame de aquí.” Ella se asustó y fue y le dijo al sacerdote que ahí se le apareció el ánima que cuentan. Le pidió que viniera a echarle agua bendita y echar unos rezos. Pero el sacerdote no le hizo caso, dijo que eran creencias de la gente. La señora, de todos modos, para sentir descanso ella le mandó decir unas misas y dejó unas monedas ahí en la iglesia, en el altar de las ánimas del purgatorio. (Blog de Homero Adame)
            Quién sabe si con esto ya no vuelva a aparecerse esa ánima del ahorcado. Pero lo que busca es encontrar descanso. Es claro que nadie lo puede bajar de ahí porque se trata sólo de una aparición, pero su ánima sigue ahí penando. Yo pienso que también sería bueno prenderle unas veladoras al pie de tronco ese y con eso a ver si encuentra el descanso que tanto anda buscando.

jueves, 12 de diciembre de 2019

Leyendas del estado de Morelos: Los fantasmas de los emperadores


LOS FANTASMAS DEL JARDÍN BORDA
(Leyenda de Cuernavaca, Morelos)

Una de las leyendas más conocidas en Cuernavaca cuenta que en las noches de luna clara aparecen dos fantasmas, dos fantasmas a los cuales se les ve caminar por ciertas áreas de la Casa Borda, mejor conocido como Jardín Borda y, antiguamente, El Olindo. Algunas personas creen que son los fantasmas del emperador Maximiliano y su esposa Carlota, quienes pasaban temporadas de descanso en dicha mansión. Sin embargo, nadie puede precisar si ambas apariciones sean las de aquellos monarcas puesto que, a decir de muchos, el inmueble es una propiedad muy antigua y, a lo largo de su historia, estuvo habitada por diversas familias de abolengo. (Leyenda de Cuernavaca publicada por Editorial Trillas.)

    Se dice que uno de tales espectros se asemeja a una mujer que camina con garbo por los jardines. Supuestamente, es el fantasma de Carlota porque, a pesar de que no han podido verle el rostro, el vestido blanco de crinolina es muy hermoso, como los que la emperatriz usaba, según se puede apreciar en algunos óleos. De acuerdo con ciertos testimonios, dicha aparición camina sola por los jardines, cruza por los arcos, sigue su trayecto y en una de las fuentes se detiene para atisbar el horizonte. Después de un rato, reanuda el paso hasta desvanecerse detrás de otros arcos. (Leyenda en un blog de Homero Adame.)
    La otra visión corresponde a un hombre de luenga barba, vestido de negro o gris, muy elegante, y dicen que aparece en el mirador conocido como «El chocolatero», donde la pareja real solía tomar el chocolate por las tardes en compañía de amigos o de visitantes oficiales. La creencia popular asume que es el fantasma de Maximiliano pues, hace muchos años, en Cuernavaca se rumoraba que el emperador salía en las noches por una pequeña puerta secreta que conectaba con ese mirador, para encontrarse con una joven lugareña, con quien mantenía un idilio extramarital. Su nombre era Concepción Sedano (o Margarita Leguizamo Sedano, según otras versiones), hija del jardinero de la residencia. Se dice que ella y Maximiliano tuvieron un hijo, quien llevó por nombre Julián Sedano.
    Quienes no están muy convencidos de que tales apariciones sean de los emperadores creen que más bien son de personas que murieron allí. Esto lo dicen porque se supone que las ánimas en pena, o sea los fantasmas, aparecen en el lugar donde fallecieron, y, como es sabido por la historia oficial, a Maximiliano I de México fue fusilado en Querétaro, en 1867, mientras que Carlota falleció de vejez en Bélgica muchos años después, en 1927. Además, seguramente en un lugar tan antiguo como lo es la Casa Borda, las muertes que en diversas épocas ahí ocurrieron bien pudieron ser por causa natural, accidente, crimen o suicidio, y como algunas de esas ánimas no han encontrado descanso aún, aparecen en los pasillos, en los jardines y en los miradores de la propiedad.
    Desde que el inmueble fue transformado en museo, es imposible deambular por los jardines en la noche. Es por ello que no se conocen testimonios recientes de alguien que afirme haber visto a ambos fantasmas.

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La historia del Jardín Borda cuenta que desde su creación en el siglo XVIII ha tenido varias funciones. Originalmente sirvió como casa de retiro para su constructor, un minero de Taxco; luego fue jardín botánico (donde, por cierto, se plantaron los primeros árboles de mango en México); posteriormente se utilizó como posta de diligencias, hasta alcanzar su máximo glamur cuando el emperador Maximiliano y Carlota su esposa lo tomaron como residencia de descanso. Años más tarde sufrió una decadencia al convertirse en oficina pública y, posteriormente, en centro nocturno. Hoy en día es centro cultural y museo perteneciente al Instituto de Cultura de Morelos.

Notas:

1. Esta leyenda sobre Maximiliano y Carlota, recreada por Homero Adame en su libro Mitos y leyendas de todo México, fue publicada por la Editorial Trillas en 2010. El libro, que contiene 64 leyendas mexicanas (dos por cada estado de la república) se puede conseguir a través de la Tienda en línea siguiendo este enlace: Trillas: “Mitos y leyendas de todo México” .

2. La imagen del Jardín Borda fue tomada del sitio de Internet flickr. Que el enlace sirva de crédito y agradecimiento a Efrén Saines, su autor.

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domingo, 11 de noviembre de 2018

Leyendas de Tlaxcala: Apariciones en el atrio del convento


LOS MONJES Y EL SACERDOTE TLAXCALTECA
(Leyenda de Tizatlán, Tlaxcala)



Por los estudios que han hecho, aquí nos han dicho que estas pirámides fueron más importantes que el convento dedicado a San Esteban, pero casi nadie viene a visitarlas porque mejor se van allá a Cacaxtla. De todas maneras las pinturas murales de aquí tienen su valor histórico, y dicen que hay más, pero no han explorado los arqueólogos porque dicen que el gobierno no tiene dinero para lugares que no tienen importancia turística --le dice el Sr. Ruperto Andrade a Homero Adame en esta leyenda publicada en uno de sus blogs.
   [...] Sí, hay pláticas que la gente cuenta, pero quién sabe si serán ciertas o nomás son cosas para asustar a los niños y hacerlos que se porten bien. Entre las leyendas dicen que se han visto apariciones de monjes, que los han visto allá sentados; allá en lo que es el atrio del convento, cerca de las ruinas arqueológicas. Pero hay una cosa muy curiosa: dicen que esos monjes se miran como sentados alrededor de una fogata, es en la noche, y que están hablando con un sacerdote tlaxcalteca que está de pie. Es así como si el sacerdote tlaxcalteca, con su penacho, les estuviera dando explicaciones o doctrina a los monjes españoles. Es muy curiosa esa plática, pero, como le digo, quién sabe si sea cierta. (Blog de Homero Adame.)

Notas:
1. La foto del convento de San Esteban, en Tizatlán, fue tomada del blog Tizatlán. Que el enlace sirva de agradecimiento a su creador.
2. La foto del sitio arqueológico de Tizatlán fue tomada de la página de Internet Pueblos de México mágicos. Que el enlace sirva de crédito y agradecimiento a sus creadores.

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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Leyendas tamaulipecas: la Loma del Muerto


MISTERIOS EN LA LOMA DEL MUERTO

Leyenda de Ciudad Victoria, Tamaulipas

En ocasiones una leyenda surge de un suceso, de un hallazgo o de algo sin explicación y conforme se va contando sufre modificaciones que en sí la enriquecen. Un buen ejemplo es la Loma del Muerto, en Ciudad Victoria, donde en la cima se levanta el Santuario de Guadalupe que tiene su propia historia por haber sido motivo de envidias, desagravios y ex comunión del primer obispo que tuvo la ciudad, Eduardo Sánchez Camacho. En ese mismo sector de la capital tamaulipeca se ubica una colonia que hasta hace algunas décadas fue de las mejores de la ciudad.


Cuentan que en esa loma encontraron a un muerto cuando todavía estaba despoblada y ni siquiera existía el santuario. Nunca se supo si murió por causa natural, por accidente o por crimen, pero el hecho fue noticia en la localidad y desde entonces a esa loma se le conoce como la del Muerto.

Desde aquel hallazgo hasta la fecha, hay gente que afirma que por ahí asustan, que se aparece un muerto, que se oyen ruidos extraños, que en ciertas noches el ambiente apesta a cadáver, por lo que para muchos en esa loma hay misterios inexplicables. Tales misterios también han servido para justificar el hecho de que aquella colonia, antes rica y opulenta, se haya venido a menos. Muchos de los vecinos que ahí habitaban decían que en sus casas se oían voces, que se movían las cosas solas y por eso un buen número de ellos terminó por mudarse a otra parte, aunque también hay quienes consideran que todos aquellos que se fueron a vivir a otro sector de la ciudad fue porque prefirieron una colonia más moderna y segura. Sea lo que sea, lo cierto es que quedan por ahí casonas medio abandonadas, rincones donde se juntan los malvivientes y los viciosos, áreas bien cuidadas para acceder al santuario, mientras la leyenda del muerto sigue contándose de generación en generación.

Notas:
1. Una versión editada de esta leyenda fue publicada por Editorial Trillas en el libro de Homero Adame Mitos y leyendas de todo México (2012). Dicho libro se puede adquirir en librerías o pedir directamente a la tienda en línea de la Editorial siguiendo este enlace: Misterios en la loma del Muerto.

2. La fotografía fue tomada de Internet. Que el enlace sirva de agradecimiento y crédito a su autor: Santuario de Guadalupe en Ciudad Victoria, Tamps.


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sábado, 5 de abril de 2014

Leyendas de Tlaxcala: el charro negro



Un charro negro
Leyenda de Tlaxcala, Tlaxcala


Antes platicaban de un charro negro. Dicen que era un charro elegante vestido de negro y venía con su caballo también negro. En su traje él traía así como botones y cosas doradas de oro. Ahí en el hotel (Tlaxcala) antes había una huerta y tenía muchos manantiales y albercas y por ahí veían al charro negro en su caballo. La gente platicaba que pasaba el caballo y donde daba una pisada aventaba chispas. Todas las personas que vivían aquí por la calle de Guerrero nunca los veían, pero sí escuchaban los cascos del caballo pasando por la calle. Nadie se asomaba ni de chiste.


Nota: la imagen fue tomada del blog poetayescritor25. Que el enlace sirva de crédito a su creador.

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jueves, 30 de enero de 2014

Leyendas del mayorazgo de Jaral de Berrio: "La Niña Conchita"

La «Niña Conchita»
Leyenda de Villa González Ortega, Zacatecas

Esta puerta era un pasadizo que comunicaba a la iglesia con la hacienda (de El Carro) y cuentan que la hija del conde siempre venía por acá a oír misa. El pasadizo hace un puente y dicen que allí en ese puente, donde hay un arco, se aparece el fantasma de la hija, que le decían la «Niña Conchita». La sacristana cuenta que ella sí la ha visto, que es muy bonita, con el pelo largo, que siempre anda con unas enaguas blancas y que siempre se aparece a los doce del día y a las doce en la noche. La sacristana la ha visto de noche porque se queda aquí a dormir –cuenta la Sra. Francisca Mauricio.

     Cuenta una historia que María Conchita Moncada así se llamaba ella y luego fue la dueña de aquí cuando todavía era jovencita se enamoró de un peón y por mucho tiempo llevaron su amor a escondidas porque eran de clases sociales diferentes. Ella sabía que si su papá se daba cuenta hasta podía matarla y por eso por mucho tiempo ella y el peón llevaron su amor en secreto. Cuando ella venía a escuchar misa, pasaba por el puente donde está el arco y salía por el pasadizo para llegar aquí a la iglesia. Como entre el puente y el pasadizo hay un lugar oscuro, ahí siempre la estaba esperando el muchacho para besarla y decirle cosas bonitas. Quién sabe cómo estuvo el asunto, pero un día el conde se enteró y aunque la Niña Conchita negó ese amor, tarde o temprano tuvo que decir la verdad porque había quedado encinta. Aunque el conde era un tipo muy duro, se apiadó de su hija porque ella era su hija predilecta. Entonces la mandó a un convento en México y ella nunca volvió para acá en vida del conde. Empezó a venir cuando ya era dueña de la hacienda, luego de que su papá había muerto y la heredó a ella. (Leyenda recopilada por Homero Adame.)
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    La «Niña Conchita» nada más venía a pasar las vacaciones aquí, y dicen que casi todo el día andaba con su hábito de monja, hasta cuando se sentaba a hablar de negocios con los administradores o cuando salía con ellos a supervisar cosas de la hacienda. Pero también dicen que siempre al mediodía y en la media noche se ponía ropa normal porque quería ir al templo como mujer y no como religiosa. Pero la verdad es que ella quería encontrarse con su amor, o al menos recordar los momentos felices que vivió con él. De la casa cruzaba por el puente, luego el arco y se quedaba en el pasadizo, como si ahí estuviera el peón esperándola. Dicen que la oían llorar y es por eso que su ánima todavía se aparece en ese mero lugar a esas horas. 

      Lo que no sabemos es qué pasó con el peón ni con el hijo que seguramente engendró la «Niña Conchita». Eso nadie lo cuenta porque no se sabe, pero una se puede imaginar que el conde mandó matar al peón o él mismo lo ha de haber matado porque desgració a su hija. Y del niño, o sea el nieto del conde, quién sabe. Habrá nacido y de seguro lo habrán dado en adopción a una familia de México porque ese secreto tenían que guardarlo muy bien, pero los secretos por muy secretos que sean siempre se saben, y ya ve, de este mismo secreto estamos hablando ahora.

Nota: según cuenta otra leyenda, el rostro de la segunda foto es el de la Niña Conchita, quien fue pintada en muchos rincones de la iglesia dedicada al Señor de Santa Teresa.


Esta leyenda fue publicada en el libro Haciendas del Altiplano, historia(s) y leyendas. Tomo I. Grandes latifundios virreinales, publicado en 2012 y reeditado en 2024.

Puede adquirirse a través de la tienda de Amazon:



viernes, 3 de febrero de 2012

Mitos y leyendas de San Luis Potosí: Dos mujeres fantasmas con rebozos


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Esta leyenda escuchada en Villa de la Paz, SLP y recopilada por Homero Adame, fue publicada en la plaquette Leyendas del Festival del Desierto, en la colección “Cantera la Voz”, como parte del Programa de Fomento a la Lectura durante la Feria del Libro de Matehuala, 2005.
Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado. San Luis Potosí. 2005.
Edición: Mtra. Déborah Chenillo Alazraki.
Diseño: Beatriz Gaytán Reyes.