LOS PAK’AN Y LOS LINTS’I’
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Mito tének de Tanlajás, SLP
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Los relatos que versan
sobre los gigantes no son propios de la Huasteca, ya que también forman parte
de la tradición mitológica de cualquier cultura del planeta. Dentro del acervo
de toda civilización se incluyen leyendas de aquellos habitantes que poblaron
la Tierra mucho antes que aparecieran los primeros seres humanos. En la región
de Tanlajás se cuentan historias de los lints’i’, que fueron descendientes de
los pak’an. Leyenda publicada por Homero Adame.
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Uno de tantos mitos
sobre el tema de la creación que los tének de Tanlajás les cuentan a sus hijos,
explica que cuando Dios creó el universo, el mundo, y dio vida a las plantas y
a los animales, también se la otorgó a los pak’an, seres gigantescos que
vivieron en la sierra. Éstos tuvieron mucha descendencia –unos más inteligentes
o perfectos que otros. Al reproducirse, constituyeron las razas del mundo y se
fueron a poblar todos los rincones del planeta.
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En la Huasteca se
quedaron a vivir los lints’i’, una de esas razas de gigantes, cuya estatura
apenas alcanzaba las dimensiones de sus padres, los pak’an. Los corpulentos
lints’i’ tenían tres pies y dos brazos, además de abundante pelo en todo el
cuerpo. Su organismo era diferente al de los humanos de la actualidad: carecían
de dientes, pues no necesitaban ingerir alimentos ni beber líquidos; solamente
se nutrían de la esencia de la comida cruda, como por ejemplo del aroma de las
semillas tiernas de maíz o del perfume de las flores. En otras palabras, el
alimento lo recibían a través del olfato, que tenían muy desarrollado.
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Los lints’i’ eran muy
pacíficos, no peleaban con nadie y era nula su necesidad de cazar para
sobrevivir, a la vez que tampoco había depredadores que los cazaran a ellos.
Así vivieron en armonía por muchos siglos hasta que una nueva raza llegó a
habitar estas tierras de la Huasteca: era la de los primeros humanos, más bajos
de estatura y sí tenían la necesidad de ingerir alimentos, como carne cruda o
frutos silvestres.
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Cuando aquellos
primeros humanos primitivos descubrieron a los lints’i’, sintieron un pavor
extremo porque éstos eran gigantes, y presuntamente muy poderosos. Sin embargo,
al percatarse que en realidad eran muy pacíficos, decidieron desterrarlos, para
lo cual planearon una guerra imparcial, pues la verdad sus adversarios no
opusieron resistencia alguna. Los lints’i’ no podían defenderse porque
ignoraban cómo hacerlo, ya que su naturaleza no era agresiva; además, era una
raza poco numerosa. Entonces, un día organizaron un concilio del cual surgió la
decisión de establecerse en otro lugar donde pudieran continuar viviendo
conforme a su estilo, en paz y en armonía con el mundo, lejos de sus enemigos.
Pero, sin importar a dónde fueran, invariablemente los perseguían los humanos.
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Con el paso del
tiempo, aquella raza se extinguió, fue exterminada por la crueldad humana. Sin
embargo, cabe la posibilidad de que hayan encontrado un lugar pacífico en el
interior de la Tierra, pues se dice que los últimos lints’i’ que fueron vistos
estaban en la entrada de una cueva en la sierra de Pioxtla. Entonces, a lo
mejor aquellos seres mitológicos descubrieron la manera de perpetuar su
existencia feliz en este mundo, pero eso sí, afuera del alcance de sus únicos
depredadores: los humanos. Leyenda publicada por Homero Adame.
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Algo sobre Tanlajás, San Luis Potosí
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La fundación española
de esta región se dio en 1723, aunque su historia prehispánica se remonta a la
época del gran imperio huasteco. El nombre asignado por los conquistadores fue
Santa Ana de Tanlaxás. En el siglo xix recibió la categoría de villa y tiempo
después, de cabecera municipal.
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Su nombre antiguo es
una combinación de vocablos tének y castellanos: Tam significa «lugar» y Laxas
o Lajas, «piedra en forma de capas» o «piedra en forma de hojas»; por lo tanto,
el significado de Tanlajás es «lugar de lajas».
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Este mito tének o huasteco fue publicado en 2007 en el libro Mitos, relatos y leyendas del estado de San Luis Potosí, de Homero Adame. Secretaría de Educación del Estado y Secretaría de Cultura. San Luis Potosí.
En 2023, el autor hizo una nueva edición con un diseño editorial diferente, con correcciones y mejoras a la original; conservó las historias y añadió otras inéditas.
El libro está disponible en librerías potosinas como Ochoa y Española. En Monterrey: en la librería Publi-Arte, en Calzada Vasconcelos de San Pedro Garza García.
También está disponible en Amazon para formato impreso:
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