Pos aquí se cuentan muchas cosas de la hacienda (de la Meza, en el municipio de Hidalgo, Tamps)), pos como usted se puede dar cuenta, la casa esa ya es muy vieja. Pero mire, que lo que yo le voy a contar es cierto porque a mí me pasó hace muchos años. Y lo recuerdo como si hubiera sido anoche mismo.
Yo antes vivía allá arriba, cerca del caserón viejo. Ya estaba en ruinas. Venía caminando una tarde, ya estaba obscuro; el sol se había metido hacía un buen rato. Iba pasando cerca de la iglesita cuando de pronto que veo como una luz que venía del cielo. (Leyenda publicada por Homero Adame).
Me fijé bien y era como una bola de fuego, así de grandota, y que me asusto, pos venía cayendo y pensé que a lo mejor me daba a mí mero. Pero nada, que la bolota esa se mete a la iglesia, por la parte de atrás allá donde está la cúpula. Y fíjese que no hizo ni ruido cuando cayó. Antes todavía la iglesia tenía techo. No, ahora ya está caído. La bola esa se metió por una cosa como chimenea pequeña que hay. Yo me quise asomar por una rendija pa' ver qué era, pero no vi nada.
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¿A poco cree usted que ese amigo nos creyó cuando le dijimos que nosotros no habíamos estado molestándolo porque estábamos bien recogidos en nuestras casas? No, ¡qué va!, no nos creyó. Pero por Dios santito que ni yo ni el otro fuimos a la iglesia en la noche. Han de haber sido las ánimas que lo molestaban. Y él creía que éramos nosotros.
Nota: esta leyenda fue publicada en mi libro Mitos, cuentos y leyendas. Tradición oral de Nuevo León por Ediciones Castillo, en Monterrey, 1998.