LA MARRANA QUE ARRASTRA UNA CADENA
Leyenda de Amado Nervo, municipio de Nombre de
Dios, Durango
Antes aquí fue una hacienda que se
llamaba «Juan Guerra». Por mucho tiempo estuvo de a tiro decaída, pero luego el
gobierno le dio una manita de gato a la iglesia, pero al casco no y por eso la
hacienda sigue toda ruinosa. Aquí veneramos a San Antonio de Padua, pero
también al padre Mateo Correa que fue un mártir y ya es santo. Parece que este
templo de San Antonio es el templo más antiguo de todo el estado, explica doña
Lupita Gutiérrez, quien hace la limpieza y cuida la pequeña iglesia.
Las gentes de aquí dicen que cuando hay
sequía llega la Llorona. También dicen que por la carretera de Villa Unión sale un perro
prieto, pero otros también dicen que sale una marrana bien grandota arrastrando
una cadena. Eso es en la carretera y dicen que espantan en la noche como a eso
de las doce de la noche, por eso la gente mejor no anda por ahí a esas horas y
ya mejor están recogidos en sus casas. Son los vagos que andan en la noche a
los que han asustado y también a las personas que por alguna razón tienen que
pasar por ahí ya tan tarde.
Según una vez platicaron, hace muchos
años se aparecía esa misma marrana bien grandota arrastrando una cadena aquí
también en uno de los patios de la hacienda. Entonces parece que unos señores
escarbaron un pozo y sacaron una relación; desde entonces ya nunca se volvió a
saber de esa marrana, o sea que ya no la volvieron a ver aquí. Pero como ahora
sale de aquel lado de la carretera, entonces a lo mejor allá hay otra relación. (Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame.)
Ustedes han de saber que antes a los
hacendados, como eran dueños de todas estas tierras, les daba por esconder sus
riquezas cuando había problemas como de la Revolución o de otras revueltas, y
ellos sabían que si escondían el dinero adentro de su propiedad, o sea, adentro
de la casa, lo bandidos podían dar con ese dinero, y es por eso que también
ordenaban que enterraran los cofres con monedas y joyas en otros rumbos, por
ejemplo debajo de un mezquite o algo así. Por ahí hay gente que dice que a lo
mejor donde la marrana se aparece es porque allá también debe de haber alguna
relación. (Leyenda publicada por Homero Adame.)
En este relato, con varios motivos
de mitología, la narradora primero menciona, de manera superficial, a un perro
negro fantasmagórico y a la Llorona, dando una explicación poco común para la
saga de tan funesto espectro femenino: aparece cuando hay sequía. Enseguida,
habla de una marrana arrastrando una cadena –en la saga de leyendas sobre
tesoros la marrana y el ruido de cadenas son elementos convencionales y por lo
general van juntos. También hace mención de que había un tesoro en algún patio
de la ex hacienda y desde que lo sacaron, la marrana dejó de verse por ahí, justificándose
así que la aparición misteriosa ya no se vea en ese preciso lugar. Sin embargo,
añade que ahora la han visto en otro punto de la carretera y por tal razón se
cree que allá exista un tesoro enterrado. (Explicación de Homero Adame.)
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Nota: otra versión editada de esta misma leyenda fue publicada
en el libro Mitos y
leyendas de todo México, por la Editorial Trillas.