Leyendas de Matehuala, SLP
Cuentan que el Señor de Matehuala venía en un burrito,
que la imagen del Cristo la traía cargada un burrito en su caja, pero parece
que no estaba destinada para quedarse aquí en Matehuala, sino que iba para otra
parte. Sin embargo, el burrito se detuvo aquí en algún punto de Matehuala y no
quiso seguir su camino; no había poder humano que lo moviera. Entonces le
quitaron la caja de su lomo y el burrito se fue corriendo y nadie lo volvió a
ver jamás. No se supo de dónde había venido ni quién lo hubiera enviado. Al
abrir la caja encontraron la imagen del Cristo y primero la tuvieron en la
capilla del Santo Niño de Atocha, pero dicen que no le gustó allá y se vino él
solito a esta iglesia que es ahora la catedral. Entonces el sacerdote de aquel
tiempo decidió que ahí se quedara.
En
Saltillo cuentan una leyenda de que el Cristo de allá llegó en condiciones
similares, en un burrito, e iba con otro destino, pero prefirió quedarse en la
que es ahora la catedral de Saltillo. Entonces se cree que aquí adaptaron
aquella leyenda para el Señor de Matehuala.
El mero día 6 de enero se celebra al Santo Cristo de
Matehuala. Es una fiesta muy animada a la cual viene mucha gente de otras
partes del estado, de la república y de los Estados Unidos, principalmente
lugareños que han emigrado en busca de una vida mejor. (Leyenda publicada por Homero Adame).
Según
algunas versiones, le hacen la fiesta en esa fecha porque es cuando dicen que
el Cristo se apareció; eso fue cuando la catedral no existía como tal sino que
era una iglesia más humilde y pequeña. La gente de antes contaba que un día 6
de enero se apareció la imagen del Santo Cristo en la puerta de la iglesia,
pero no exactamente en la puerta sino más bien en una pared a un lado de la
puerta.
Pero
no se apareció así grande como está ahora en la cruz del altar. Más bien se
dice que se apareció como una figura tipo silueta y al mirarla la gente le
hallaba forma y a partir de entonces le empezaron a traer veladoras y flores.
Según se cuenta, a más veladoras que le prendían ahí donde estaba la figura,
ésta se fue haciendo más grande y agarró el tamaño que ahora tiene. Hay quienes
suponen que ese fenómeno fue, quizá, por efecto del tizne. También cuentan que
cuando la figura ya estaba grande, cuando iban a tumbar la iglesia vieja para
construir la catedral, entonces sacaron la imagen de la pared y la pusieron en
la cruz del altar.
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Nota: estas versiones de la leyenda fue publicada en la plaquette
“Leyendas del Festival de Desierto” de Homero Adame, por la Secretaría de
Cultura del estado de San Luis Potosí, 2005.