Buscar en este blog

jueves, 5 de octubre de 2023

Un tesoro en la hacienda de la Meza


Aquí hubo mucho dinero antes. Los señores eran los pelaos más ricos de toda la región, pero cuando el reparto de tierras todos se fueron. Antes no había bancos ni nada, así que la gente escondió su dinero cuando la Revolución. Lo enterraron por allí --cuenta Ramiro Estrada, en Hidalgo, Tamaulipas en esta leyenda publicada por Homero Adame.

Estas tierras eran muy grandes, y todas del mismo dueño. Después del reparto ejidal vinieron los hijos del señor y se llevaron lo que pudieron de la hacienda. Pero namás cargaron con los muebles, retratos y vajillas que no se habían robado otras gentes. Por aquí pasaron con carretas llenas de cosas. Hasta el motor del molino se llevaron. Y todo a carreta de yunta, pues ni había caminos ni camiones. Aquí mero pasaba el camino real.

Ya está viejo Juan Alvarado... A ese amigo sí le dijeron dónde estaba el tesoro, pero se rajó y no le entró. Nos platicaba que una vez andaba con sus chivitas cuando dio con una noria vieja, en un lugar que le llamamos “L'ubre de la vaca”. Allí mero se le apareció una luz y oyó que algo le decía que escarbara y sacara el dinero y que se iba hacer el hombre más rico de aquí. Y mire que no creyó nada. Se asomó a un pozo y vio algo como una oreja de perol, así de grande, como ese donde se está cociendo la miel [de caña]. Yo digo que le dio miedo pos sabemos que cuando a alguien le ofrecen un tesoro no es nomás de gratis. No, hay que pagar algo, y ha de ser con el alma de uno. Y a Juan le dio miedo, se rajó, se rajó.

Hace mucho, un señor vino y me preguntó si aquí había tesoros. Yo mismo lo llevé a “L'ubre de la vaca”, pero no hallamos nada. Y eso que el hombre ese traiba aparato. Por eso digo que ese tesoro sigue allí mismo, pero a nadie más se le ha revelado el lugar como se le reveló a Juan Alvarado. Cuando guste nomás tráigase un aparato y le damos una buscada. Quien quite y a nosotros con usté nos toque...

 ==============

Cuando se habla de tesoros enterrados, generalmente se mencionan luces y ruidos o voces misteriosas que se ven y se oyen en algún punto en particular. Esas menciones suelen ser en tercera persona, es decir, de alguien que cuenta que alguien más le contó de algo que vio u oyó. De acuerdo con la creencia popular, cuando alguien escucha esas voces misteriosas o ve esas luces es porque a esa persona los espíritus le están ofreciendo el tesoro y le toca sacarlo.

==============

Nota: esta leyenda fue publicada en mi libro Mitos, cuentos y leyendas. Tradición oral de Nuevo León por Ediciones Castillo, en Monterrey, 1998.