EL VAMPIRO
Norias del Conde, municipio de Guadalcázar, SLP
Andaba una
vez regando yo la alfalfa ahí en el canal, como a las once o doce de la noche,
cuando de repente veo un animalón que
venía volando hacia mí, así bajito, bajito, derechito hacia mí. Era un animalón grande, prieto, pero no era una
lechuza ni tampoco era tecolote porque no tecuruquiaba.
Era... pos no supe qué era –recuerda
el Sr. Misóforo Campos Delgado.
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Entonces como me di cuenta que venía
volando hacia mí, yo le grité: “¡Aja, aja!” y el animalón seguía su vuelo. Entonces agarré yo mi cuchilla y que le
empiezo a hacer así en el aire, como para espantarlo y le seguía gritando:
“¡Aja, aja!” y luego el animalón se
detuvo y se paró cerquita de mí, ahí sobre un árbol. Y ya lo vide grandote, prieto, pero más grande
que cualquier pájaro que yo había visto antes. Era como un zopilote, pero más
grande y con ojos grandes; y lo curioso es que no podía ser zopilote porque
esos no vuelan en la noche. (Leyenda encontrada en un blog de Homero Adame.)
Entonces yo le seguía gritando: “¡Aja,
hijo de la..., aja!” y no se movía. Quién sabe qué sería, pero, como le digo,
era un animalón grande porque las
ramas del árbol donde estaba parado hasta crujían. Por eso yo creo que era un
animal muy pesado y pues ahí se estuvo un buen rato y yo no le quitaba la
vista. Yo lo que quería era que se fuera, ¿verdad? Entonces me le acerqué un
poquito más, me envalentoné, y con la cuchilla le pegué al tronco del árbol y
el animalón ése echó un chillido; un
chillido pero raro de veras que yo nunca había escuchado y se fue para el mismo
rumbo. Se fue volando y el aleteo era pesado, se oía pesado.
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Y bueno, pues ya se fue y yo terminé de
regar la alfalfa y de rato, ya más noche, llegué a la casa y le platiqué a un
hermano y me dijo que él también había visto lo mismo. Dijo que parece que a
ese animal le dicen «vampiro». Entonces pues será, porque yo nunca había visto
un animalón así.
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Nota 1: muchos relatos y leyendas de este tipo serán
publicados próximamente en mi nuevo libro titulado Creencias, mitos y leyendas de animales en el Altiplano
de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas.
Nota 2: la imagen del murciélago fue tomada de este sitiode Internet. Que el enlace sirva de crédito a su autor.
Nota 3: la fotografía de Norias del Conde es de
Homero Adame.
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Uno de los muertos vivientes,
sin alma, del folclor universal es el vampiro. Los mitos y leyendas sobre estos
seres se distribuyen por todo el orbe (China, India, Indonesia, etc.), pero es
un motivo típico del folclor de los países eslavos (Bulgaria, Eslovenia,
Polonia, Rusia, etc.), aunque en Rumania, Hungría, Albania y Grecia es más
común. En el continente americano, y en particular en México, este símbolo
alcanzó gran difusión gracias a Drácula,
el personaje de la literatura y el cine.
En términos zoológicos, por otra parte, el vampiro es un
mamífero quiróptero que tiene su hábitat en América tropical y cuya
alimentación consiste básicamente en frutos e insectos, aunque también se han
reportado casos aislados que chupan la sangre de animales y humanos.
En el relato que acabamos de leer se habla de un vampiro de
gran tamaño, casi humano, el cual ha sido visto en ciertas regiones del
Altiplano potosino.
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Norias
del Conde es una comunidad ubicada en la parte desértica del municipio de
Guadalcázar, SLP. Allí existen las ruinas de una estancia que perteneció a la
hacienda de Peñasco. De hecho, el nombre del lugar lo toma por el conde de Nuestra Señora
de Guadalupe del Peñasco, José María Sánchez Mora.
Para leer más del folklore de la etno-fauna, en el libro Creencias, mitos y leyendas de animales de Homero Adame encuentras algo de lo que buscas. El libro está disponible en librerías y también en Amazon para formato impreso:
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